¿Cómo hacer un reporte de información no financiera?

oficinista haciendo cuenta de resultados y balance de gastos

Seguro que has oído hablar de los estados de información no financiera. Cada vez, son más trascendentes para la actividad de las empresas y organizaciones. Tanto es así que, en función de ciertos requisitos, algunas compañías están obligadas por ley a presentar este tipo de información. En este artículo, exponemos los modelos de reporte de información no financiera más importantes.

Los modelos de reporte de información no financiera

La información no financiera corresponde a aquella relacionada con las materias sociales y medioambientales vinculadas a la empresa. Más allá de ser recomendable, para muchas compañías es incluso obligatorio por ley contar con un informe de este tipo al finalizar el ejercicio. En el artículo Guía para cumplir con la ley de información no financiera, abordamos diferentes cuestiones sobre esta información y su normativa.

Pero en este artículo, queremos traerte varios ejemplos de modelos de reporte que sirven para elaborar dicho informe. Los modelos de reporte de información no financiera son los estándares y/o metodología mediante las cuales se pueden gestionar y medir las iniciativas de sostenibilidad empresarial y sus resultados.

El Global Compact de las Naciones Unidas

Este Pacto Mundial de las Naciones Unidas (Global Compact) es un proyecto que involucra a países de todo el mundo en favor del desarrollo sostenible. En concreto, el objetivo principal de la iniciativa es promover la sostenibilidad en las empresas y en sus modelos de negocio.

Según se especifica en su página web, el Global Compact busca ofrecer un marco práctico para las distintas empresas. Gracias a dicho marco, las organizaciones podrán desarrollar, implantar y comunicar políticas e iniciativas enmarcadas en la sostenibilidad empresarial. De esta forma, se favorece la inserción de las cuestiones sociales y sostenibles en la actividad de las empresas.

Los diez principios del Global Compact

Las Naciones Unidas dividen estos principios en cuatro grandes ámbitos: derechos humanos, actividad empresarial, medio ambiente y anticorrupción.

Estos son los diez principios que propone la ONU a las empresas y organizaciones:

1. Apoyo y respeto a los derechos humanos, reconocidos internacionalmente.

2. No ser cómplices de abusos contra los derechos humanos.

3. Defender la libertad de asociación y el reconocer el derecho a la negociación colectiva.

4. Erradicar cualquier forma de trabajo forzoso.

5. Abolir de manera real y efectiva el trabajo infantil.

6. Eliminar cualquier tipo de discriminación laboral.

7. Favorecer un enfoque de precaución ante los desafíos ambientales.

8. Llevar a cabo acciones e iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental.

9. Fomentar el desarrollo y la difusión de tecnologías respetuosas con el medio ambiente.

10. Trabajar y luchar contra la corrupción en todas sus formas, incluidas la extorsión y el soborno.

Estas reglas encuentran en su origen en varios documentos previos, como la Declaración de los Derechos Humanos, entre otros. De esta forma, la ONU ha adaptado al ámbito empresarial los valores que ya se recogían en dichos documentos.

Los modelos de reporte de información no financiera

El modelo de reporte ‘GRI 300’

La Global Reporting Initiative (GRI) es una organización cuya misión principal es ayudar a las empresas a que asuman ‘la responsabilidad de sus impactos’. Y lo hacen a través de los Estándares GRI, que sirven para elaborar los informes de sostenibilidad. Es uno de los modelos de reporte de información no financiera más conocidos internacionalmente.

Existen varios tipos de estándares y, según la temática que evalúen, representan un número u otro. Por ejemplo, aquellos que miden el impacto medioambiental pertenecen a la serie 300. El GRI 306 es el estándar de Residuos, el GRI 304: Biodiversidad, el GRI 305: Emisiones, el GRI 301: Materiales, el GRI 302: Energía…

En especial, cabe destacar el GRI 307: Cumplimiento ambiental. Según explica la propia Global Reporting Initiative, este estándar hace referencia al cumplimiento de las organizaciones de las leyes y normativa en materia medioambiental.  Es decir, se recogen las diferentes sanciones y multas que la organización ha recibido por no cumplir con dicha normativa. En caso de que existan sanciones, la empresa ha de señalar el número y la cuantía monetaria total.

Además, en este año 2021 la compañía estrena nuevos estándares. A partir de ahora, la Global Reporting Initiative también evaluará los siguientes campos: Impuestos (GRI 207); Salud y seguridad ocupacional (GRI 403); Agua y efluentes (GRI 303), un nuevo estándar medioambiental.

La metodología ‘LBG’

Otro de los modelos de reporte de información no financiera es la metodología LBG (London Benchmarking Group). Según se afirma en su página web, se trata de un modelo internacional que permite “la medición, gestión y comunicación” de proyectos e iniciativas sociales y sostenibles.

Dicho modelo está reconocido por el Dow Jones Sustainability Indices (DJSI), los principales índices de sostenibilidad a nivel mundial. A través de la metodología LGB, la compañía en cuestión puede diseñar, ejecutar y comunicar su acción social atendiendo a todos los ámbitos de la misma.

En primer lugar, permite conocer todas las cuestiones de las iniciativas y proyectos: por qué son necesarias, cómo y dónde se realizan, los ODS con los que se alinea, etc. Por ello, gracias a esta metodología, la empresa puede diseñar acciones que sean realmente necesarias y eficaces.

Por otro lado, una vez que se ha puesto en marcha la acción social, la organización puede cuantificar los resultados. En este caso, el LBG diferencia dos tipos: los logros y los impactos.  Los primeros responden a lo que sucede, los beneficios que se consiguen de forma más o menos tangible.

En cambio, los impactos miden aquello que cambia tras la acción. Con estos proyectos, no se busca un compromiso puntual, sino uno que perdure. Por ello, se cuantifica también los cambios de comportamiento, las habilidades adquiridas, etc. Tanto los impactos como los resultados se determinan para los distintos grupos implicados: empresa, empleados, colaboradores, sociedad y medio ambiente.

Sin duda, existen numerosos estándares entre los que elegir. Lo que cada vez se puede decidir menos es si implementar o no acciones sociales y medioambientales en la actividad empresarial. La información no financiera está dejando de ser una opción para las empresas y se está convirtiendo en una prioridad.

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