Cada vez es más común ver a gente desplazándose en patinete eléctrico, modelo de aquel juguete que de niños utilizábamos impulsándonos con un pie. Este transporte se ha convertido en una alternativa sostenible y en una opción muy recomendable para ir al trabajo y respetuosa con el medio ambiente. Descubre todos los beneficios de ir en patinete eléctrico al trabajo.
Auge del patinete eléctrico
Aunque parezca difícil de creer este vehículo existió un prototipo de patinete eléctrico a finales del siglo XIX. Existen fotos en las que la sufragista británica Florence Norman aparece montada en el, de aspecto muy similar al vehículo de moda en la actualidad. Sin embargo y como hemos podido observar este proyecto no cuajó. Hasta ahora.
Este medio ha alcanzado un gran desarrollo en pocos años. En 2019 supuso un aumento en su demanda del 60% con respecto al año anterior y en más de un 1.000% desde 2019 hasta 2020. Su uso es cada vez más habitual en las ciudades. Pese a su carácter principal de satisfacer las micromovilizaciones, estos son combinados con otros transportes para hacer frente a una mayor distancia (la llamada intermodalidad). Por tanto, no es descabellado pensar en él como un vehículo que las empresas puedan fomentar para ser usados por sus empleados para ir al trabajo.
Beneficios del patinete eléctrico en las empresas
Uno de los principales beneficios de usar el patinete para ir a trabajar, es el cuidado del medio ambiente. Al no incluir un motor de combustión, no emite CO2 a la atmósfera, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático. Esta idea es muy interesante para la empresa, permitiendo reducir de esta manera su huella de carbono. En concreto, la huella de carbono asociada a las emisiones de alcance o tipo 3. Además de robustecer la imagen corporativa de la empresa y la RSC, al implantar estas prácticas sostenibles.
Otro de los argumentos por el que su implantación en la entidad puede ser positiva es reducir la impuntualidad de los empleados, aumentando por consiguiente su productividad. Los atascos en las horas punta en las carreteras son la causa principal de la tardanza de los empleados a sus puestos de trabajo. Con el uso del patinete eléctrico disminuiría este riesgo y aumentaría la salud del empleado. Al poder circular por los carriles bici se evita el estrés derivado de la conducción en unas ciudades cada vez más congestionadas. Además, es de un tamaño muy pequeño (los hay incluso plegables) y su estacionamiento se presenta sencillo, incluso puede llevarse al puesto de trabajo, lo que disminuiría también el tiempo que los conductores gastan en buscar aparcamiento, contribuyendo una vez más a la mejora de la productividad.
El último factor positivo que tiene para la empresa está relacionado con la economía. Su precio ronda entre los 100 y los 300 euros, asequible tanto para el empleado, o para la organización si es esta quien los distribuye. Implantar una flota de patinetes eléctricos en la empresa es mucho más económico y eficiente que una de coches. También existen varias empresas de alquiler de patinetes eléctricos en las ciudades que ofrecen sus servicios en relación al tiempo y la distancia recorrida.
Alternativa al transporte público
Un matiz importante que el patinete eléctrico aporta, que no encontramos en el transporte público a pesar de ser un medio de transporte también muy sostenible, es la autonomía que genera. Con el patinete eléctrico puedes controlar y escoger tus mejores franjas horarias para usarlo y elegir el recorrido más rápido para llegar al trabajo sin tener que depender de un autobús que pueda tardar más de lo normal o que pueda resultar agobiante.
Para muchos empleados, el uso del patinete eléctrico o una bicicleta para desplazarse al trabajo, les supone un momento de libertad y de disfrute. El tiempo que invierten en ir o venir a la oficina puede convertirse en un momento especialmente útil para liberar la mente y mejorar su salud emocional.
Patinete eléctrico como alternativa a la bici
Con respecto a la bicicleta, este nuevo medio proporciona soluciones a ciertos matices que la bicicleta tiene en contra. Uno de ellos es la distancia recorrida. Los detractores de la bicicleta como modo de desplazamiento al trabajo esgrimen la larga distancia como un problema importante que la bicicleta no puede paliar. Aunque es cierto que existen bicicletas eléctricas con gran autonomía, en lo que respecta al patinete eléctrico su punto fuerte es la fácil combinación con otro medio.
Al ser fáciles de plegar, se pueden subir fácilmente a un autobús o al maletero de un coche compartido, por lo que es posible realizar de esta forma la parte más larga del trayecto y dentro de la urbe utilizar el patinete. Es cierto que existen también las bicicletas plegables, pero suelen ocupar más espacios, pues el manillar y las ruedas del patinete hacen que su plegabilidad sea más compacta, además de carecer de sillín.
Otro beneficio de ir en patinete eléctrico al trabajo con respecto a la bicicleta es el ejercicio físico y la posible sudoración. El patinete eléctrico incorpora un motor eléctrico, por lo que el cansancio generado por el esfuerzo no existe y, por tanto, no se genera sudor. Para muchas empresas que quieren fomentar la movilidad sostenible pero la opción de incorporar una flota de bicicletas no goza de toda la popularidad necesaria, el patinete eléctrico puede ser la mejor opción.
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