Cuando nos desplazamos para comprar, podemos elegir entre las diferentes formas de transporte sostenible. Pero… ¿y cuando se mueven por nosotros? Por ejemplo, cuando realizamos compras online que nos traen a casa. ¿Qué problemas de movilidad están relacionados con el e-commerce? ¿Existen soluciones para conseguir un comercio electrónico sostenible?
El auge del comercio electrónico
El comercio vía internet o ‘e-commerce’ ha estado creciendo a un buen ritmo en los últimos años. No obstante, la pandemia ha provocado que dicho ritmo de crecimiento sea incluso mayor, casi frenético. A ello han contribuido las restricciones sanitarias, puesto que las limitaciones de movilidad han fomentado las compras online.
En el caso de España, el aumento ha sido uno de los más importantes a nivel europeo y mundial. Así lo refleja la noticia de Roberta Sebastiani publicada en ABC bajo el título Cinco años de crecimiento de comercio electrónico en diez semanas. Según dicho artículo, en nuestro país el comercio online ha crecido en este 2020 el equivalente de los últimos cinco años.
La tendencia parece que no variará a corto y medio plazo. El mercado electrónico seguirá siendo importante y aumentando sus resultados. Ante este panorama, es necesario plantearse ciertas cuestiones referentes a este mercado.
Problemáticas relacionadas
El principal problema del e-commerce tiene que ver con el envío del producto al domicilio. El reparto desde la tienda o fábrica hasta el destino puede generar un importante impacto medioambiental.
La compra online permite adquirir productos que se encuentran a cientos o incluso miles de kilómetros de distancia. Por ejemplo, a través de las compañías multinacionales, el usuario puede comprar un producto que se fabrica en China, Estados Unidos, Alemania… Y tenerlo en casa tan solo dos o tres días después.
El reparto del producto adquirido a través del comercio electrónico suele generar la emisión de importantes cantidades de gases de efecto invernadero. Aún parece difícil ofrecer soluciones en la fase de llegada a España en un envío internacional, que suele realizarse mediante avión o barco.
Compromiso, clave para un comercio electrónico sostenible
Una de las primeras alternativas tiene que ver con nuestra actitud como consumidores. Para reducir el impacto medioambiental del comercio electrónico, debemos procurar que el producto adquirido esté lo más próximo posible. Cuantos menos kilómetros haya de distancia, más probable será que el envío se realice de manera sostenible.
Por otro lado, también es necesaria la actitud y el compromiso por parte de las empresas. Estas pueden aplicar las nuevas tecnologías y la innovación para conseguir desplazamientos más sostenibles de sus mercancías y productos. Además, pueden recurrir a soluciones más convencionales como apostar por los vehículos eléctricos en sus flotas.
Soluciones a la última milla
No obstante, en la fase conocida como ‘última milla’ es donde más soluciones se están aportando. Así se le denomina a la última parte del proceso de envío, cuando el producto o paquete llega al domicilio del cliente.
El aumento de las compras online ha derivado en un mayor volumen de desplazamientos de última milla. Esto conlleva la necesidad de más vehículos para poder cumplir con las exigencias diarias de reparto. ¿Las consecuencias?: más tráfico y contaminación.
Ante esto, varias startups y compañías han decidido dar soluciones más eficientes y respetuosas. El objetivo es reducir al máximo el impacto medioambiental derivado de nuestras compras por internet. Para ello, realizan el reparto a través de formas de transporte sostenible.
La sostenibilidad en el reparto
Es el caso de Koiki. Esta startup española ofrece un servicio de reparto de paquetería en la última milla que es sostenible desde el punto de vista social y medioambiental. El reparto se realiza a través de tres formas de transporte sostenible: a pie, en bicicleta o en vehículo eléctrico. Además, Koiki fomenta la inclusión social al promover la ocupación entre colectivos de difícil inserción.
Otro ejemplo lo encontramos en Mensos. Esta compañía ofrece servicios de envío a restaurantes, tiendas o e-commerce en Madrid. La clave se encuentra en que se utilizan bicicletas acondicionadas para el reparto. De esta forma, se cuida el medio ambiente y se mejora el tráfico de la capital.
En el área metropolitana de Barcelona, se pueden recibir envíos sin impacto medioambiental a través de Jet EcoPack. Este servicio de transporte ecológico emplea vehículos eléctricos para evitar las emisiones de CO2. De esta manera, puedes recibir paquetería urgente, documentación e incluso palets sin que el envío genere contaminación.
Vectalia es otra compañía que oferta un servicio de entrega de paquetes limpio y sostenible. Da respuesta a los problemas que plantea la última milla a través del establecimiento de un centro logístico de proximidad en el centro del municipio. Además, el reparto se realiza mediante vehículos eléctricos.
Reparto sostenible en otros sectores
No solo en el sector de la mensajería y paquetería encontramos empresas que apuestan por la movilidad sostenible para sus repartos. Por ejemplo, varias cadenas de supermercados también ofrecen un servicio a domicilio que es sostenible y respetuoso.
Entre ellas, está Mercadona. La compañía española cuenta con una flota de camiones pertenecientes a la categoría Euro VI o superior y otros propulsados a gas. También cuenta con furgonetas eléctricas para el reparto a domicilio.
Otra de las cadenas de supermercados que apuesta por el reparto sostenible es Carrefour. Entre otras acciones, la compañía lanzó en 2019 un proyecto muy innovador de vehículo sostenible e inteligente. Dicho vehículo, denominado Scoobic Light, es 100% eléctrico y cuenta con alta tecnología que le permite ser altamente eficiente.
Más allá de los supermercados, encontramos empresas y compañías de todos los sectores que apuestan por la movilidad sostenible en sus repartos. Por ejemplo, se puede mencionar a Mahou San Miguel que, entre sus acciones sostenibles, incluye varias enfocadas a la sostenibilidad en el transporte. Tanto es así que el 60% de su flota propia actual es ya sostenible.
Y es que el aumento de las compras online debe ir acompañado de un mayor esfuerzo por conseguir repartos respetuosos y eficientes y un comercio electrónico sostenible. Porque un nuevo planeta no se puede comprar ni siquiera por internet.
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