La calidad del aire en España y su repercusión en la salud

cielo de ciudad muy contaminada

Uno de los problemas medioambientales más importantes en la actualidad tiene que ver con una de nuestras acciones vitales: respirar. Al año, se emiten una ingente cantidad de gases contaminantes a la atmósfera que repercuten en una peor calidad del aire. A su vez, estas emisiones influyen de forma negativa tanto en el medio ambiente como en nuestra salud.

La contaminación atmosférica está relacionada con un gran número de enfermedades que, en algunos casos, puede suponer la muerte. Numerosas organizaciones claman ante esta situación y piden de la colaboración de toda la sociedad para poner remedio y mejorar la calidad del aire que respiramos.

La calidad del aire en España

Una de las problemáticas más graves referentes al medio ambiente tiene que ver con la contaminación atmosférica. Esta está muy relacionada con el cambio climático. Nuestro ritmo de vida provoca la emisión de toneladas y toneladas de gases de efecto invernadero. Estos son altamente perjudiciales y peligrosos tanto para el medio ambiente como para el conjunto de la sociedad.

Según el portal web de Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid, la calidad del aire o la también llamada inmisión puede definirse como la concentración de contaminantes a nivel del suelo. Los efectos nocivos de dichos contaminantes pueden afectar tanto a las personas como a los animales, la vegetación o los materiales.

Precisamente, son los niveles de inmisión o de calidad del aire los que miden y evalúan el impacto que tienen estos contaminantes. De tal forma que cuanto mayor sea la presencia de contaminantes en la atmósfera, menor será la calidad del aire y mayor el perjuicio. Aunque son múltiples los gases que contaminan nuestra atmósfera, cada medición suele estudiar los más habituales y nocivos para la salud. Por ejemplo, el índice de calidad de aire tiene en cuenta estos cinco: ozono, partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y monóxido de carbono.

Precisamente, sobre la mala calidad del aire en España alerta el último informe anual de calidad del aire de Ecologistas en Acción. Según dicho informe, el 94% de la población española estuvo expuesta a niveles de contaminación superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero la calidad del aire no solo afecta directamente a la población. Según este mismo informe, el 88% del territorio español también se vio afectado por estos niveles perjudiciales.

Emisiones industriales que empeoran la calidad del aire

Repercusión de la contaminación atmosférica en la salud

Pero no se trata de un problema único en nuestro país. La Agencia Europea del Medioambiente (AEMA) advirtió de que, en base a estos y otros informes, los ciudadanos europeos están expuestos a índices de contaminación atmosférica elevados y nocivos para la salud, según la OMS. Por tanto, se antoja necesaria una actuación desde todos los niveles: local, regional, nacional, europeo y mundial.

Tan peligrosa es la contaminación presente en el aire que respiramos que puede llegar a ser mortal. Segú cifras de la propia AEMA, en España fallecen prematuramente alrededor de 30.000 personas al año. Unos datos que son aún más impactantes a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo la cifra asciende a algo más de cuatro millones de muertes prematuras al año.

Estos fallecimientos se deben a enfermedades o padecimientos derivados de la contaminación atmosférica. Sobre todo, cabe destacar las enfermedades de carácter respiratorio y cardiovascular. Ante esta situación, es la propia OMS quien aboga por reducir los niveles de contaminación atmosférica. Dicha reducción irá acompañada de una disminución de las muertes relacionadas con los “accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma”.

El transporte y su relación con la calidad del aire

Para poder actuar y mejorar la calidad del aire que respiremos, en primer lugar es fundamental encontrar la raíz del problema. Según Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la AEMA en un artículo en la web de la misma, en el transporte encontramos una de las claves. Asegura Bruyninckx que las emisiones de gases producidas por el transporte por carretera suelen ser las más perjudiciales.

El motivo es que dichas emisiones se producen a nivel del suelo. Además, una parte importante de ellas se dan en núcleos urbanos, cerca de la población. Por su parte, Ecologistas en Acción también señala en su informe antes mencionado que la mayor fuente de contaminación en las áreas urbanas en nuestro país es el tráfico motorizado.

Por ello, el Director Ejecutivo de la AEMA insta a todos los sectores de la sociedad a que centren sus esfuerzos en recudir, especialmente, las emisiones ocasionadas por el transporte por carretera. Y en este aspecto, el tejido empresarial juega un papel muy importante.

Emisiones que reducen la calidad del aire

Además de emprender medidas encaminadas a reducir las emisiones de gases contaminantes derivadas de su actividad industrial, las empresas también deben focalizar sus esfuerzos en el transporte por carretera. En este sentido, existen múltiples opciones. Por ejemplo, se puede optar por renovar la flota paulatinamente hasta que la amplia mayoría de los vehículos sean eléctricos. En el caso de que no se cuente con una flota propia, igualmente se puede escoger para el renting vehículos de este tipo. Es recomendable contar con electrolineras cerca del espacio de trabajo u oficina.

La concienciación es fundamental

El informe de Ecologistas en Acción comentado antes recoge también que, según el Eurobarómetro de septiembre de 2019, seis de cada diez españoles se consideran mal informados con respecto a la contaminación atmosférica. Por tanto, uno de los primeros pasos es concienciar e informar sobre esta problemática a nuestros empleados.

calidad del aire y su repercusión en la salud

De esta manera, podrán actuar en conciencia y adecuar a la movilidad sostenible sus hábitos de desplazamientos diarios, entre los que se incluye ir a trabajar. Así las cosas, en lugar de que cada empleado acuda a su puesto de trabajo en su propio coche, podemos fomentar otras posibilidades mucho más respetuosas con el medio ambiente. De esta forma, podemos reducir enormemente las emisiones de gases contaminantes si conseguimos que una buena parte de nuestros empleados acudan andando o en bicicleta al trabajo.

Estas dos formas de transporte son de las más sostenibles que existen ya que producen cero emisiones. Pero no solo estas opciones son válidas, sino que hay más posibilidades entre las que poder elegir. Por ejemplo, podemos utilizar un patinete o un coche eléctrico, optar por el transporte público o compartir nuestro coche con otros compañeros.

Todas estas formas de desplazarse ayudan a combatir la contaminación atmosférica al reducir las emisiones derivadas del transporte en carretera. A su vez, con estas opciones pertenecientes a la movilidad sostenible logramos mejorar la calidad del aire, colaborar con la protección del medio ambiente y favorecer una mayor calidad de vida.

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